lunes, 29 de abril de 2013

PABLO: la defensa de su apostolado

Gálatas 2.9-21 ¿Por qué nos cuenta Pablo esta historia? Porque es parte de la defensa de su apostolado frente a los prejuicios de los judaizantes (judíos convertidos al cristianismo que enseñaban que los gentiles deberían convertirse primero al judaísmo, cumplir todos sus preceptos para, entonces, convertirse al cristianismo). Tenemos que entender la situación por entero: la circuncisión era parte importante del judaísmo significando la alianza de Dios con su pueblo, siendo que los incircuncisos eran proscritos y rechazados como impuros. Cuando surge la iglesia entre los judíos, simplemente mantuvieron los preceptos de la ley judía, sobretodo la circuncisión, y simplemente añadieron la aceptación de Jesús como el Cristo. A principio esa dinámica se consideraba normal y automática hasta que la iglesia llega a los gentiles y se genera en Galácia una crisis, puesto que los gentiles no eran circuncisos como los judíos. Por su parte, Pablo no insistía en que los gentiles tuviesen que circuncidarse para tornarse cristianos. De hecho, este tema ya había sido discutido y decidido por el Concilio de Jerusalén que concluye afirmando: “considero que debemos dejar de ponerles trabas a los gentiles que se convierten a Dios” (Hc 15.19). Pero había los “partidarios de la circuncisión” o “los judaizantes” que eran ultraconservadores y no admitían la conversión de un gentil sin que antes pasara por la circuncisión. Estos, como Pablo era el principal defensor de que los gentiles convertidos a Cristo estaban absolutamente libres de cumplir con las ordenanzas del judaísmo, se le oponían ferozmente, cuestionando su apostolicidad. Así que el objetivo de esta carta a los gálatas es la defensa de su apostolicidad contra los ataques de los judaizantes. La carta, por tanto, se basa sobre la relación que mantenía Pablo con tres grupos de personas: los lectores, los apóstoles en Jerusalén, y los judaizantes. Los lectores eran los gálatas gentiles, que se habían convertido a Cristo por medio del trabajo de Pablo y su equipo, por los que Pablo tenía un afecto muy especial, y estos mantenían una comunión muy especial con el apóstol (4.14). Hubo transformaciones tremendas en las vidas de los gálatas que antes adoraban a dioses falsos y luego fueron alcanzados por Cristo. Eran verdaderos cristianos, aunque no seguían las tradiciones del judaísmo. Cuanto a los apóstoles en Jerusalén, Pablo gasta sus dos primeros capítulos intentando explicar la relación que había entre ellos y algunos enfrentamientos por parte de Pablo, puesto que a los gálatas, sus hijos en la fe, les intentaban persuadir a que siguieran otros maestros y a rechazar las enseñanzas de Pablo. Aunque la posición de Pablo y los demás apóstoles era la misma cuanto al tema de la circuncisión, estos otros maestros (judaizantes) intentaban enredar y ganar el apoyo de los apóstoles de Jerusalén. Y ya cuanto a los judaizantes, Pablo los consideraba como “ciertos individuos están sembrando confusión entre vosotros y quieren tergiversar el evangelio de Cristo” (1.7), “si alguien os anda predicando un evangelio distinto del que recibisteis, que caiga bajo maldición” (1.9), “algunos falsos hermanos se habían infiltrado entre nosotros para coartar la libertad que tenemos en Cristo Jesús a fin de esclavizarnos” (2.4), las preguntas de 3.1-5 por si solas ya nos dicen que pensaba Pablo de los judaizantes... lo mismo 5.1-12… Así que con estas informaciones básicas podemos entrar en nuestro texto y comprender mejor quien era Pablo y cómo entendía y predicaba el evangelio de Cristo. 1. Comunión apostólica, ministerios distintos (2.9-10): Al tratar de las acusaciones de los judaizantes contra su apostolado, Pablo argumenta que su relación con los apóstoles de Jerusalén va más allá de la amistad y de la fraternidad, se da también en forma de reconocimiento de la gracia recibida para ser apóstol de los gentiles: “el mismo Dios que facultó a Pedro como apóstol de los judíos me facultó también a mí como apóstol de los gentiles” (2.8). En ese sentido, los “columnas” de la iglesia, Jacobo, Pedro y Juan, con el reconocimiento de todos como “columnas” de la iglesia, le recibieron a Pablo reconociéndole como apóstol de los gentiles. Los apóstoles, por tanto, les estrecharon la mano a Pablo y Bernabé demostrando así el compañerismo y la comunión verdadera que existía entre ellos, además de reconocer con ese gesto el ministerio apostólico entre los gentiles. Incluso la orientación que les dieron los apóstoles, de que no se olvidaran de los pobres, refiriéndose claramente a los cristianos judíos que vivían sobretodo en Jerusalén y Judea, algo que como dijo Pablo “eso es precisamente lo que he venido haciendo con esmero” (2.10) al levantar entre las iglesias gentiles una significativa ofrenda para acudir a los hermanos de Jerusalén. 2. El ataque judaizante y su influencia sobre Pedro (2.11-13): El objetivo de Pablo en echarle en cara a Pedro su comportamiento en esa cuestión fue llamar la atención para la inconsistencia de su actitud teniendo en vista el reconocimiento de su apostolado a los gentiles por los “columnas”, siendo Pedro uno de ellos. Al confrontarle públicamente en la iglesia ha dejado Pablo claro su posición apostólica e igualdad apostólica con Pedro. Se hizo necesaria la actitud de Pablo porque el comportamiento de Pedro en esa cuestión llegó a ser condenable. Posiblemente al llegar a Antioquia Pedro encontró una situación ya establecida de que los gentiles no necesitaban circuncidarse para que su conversión a Cristo fuera válida, y se acomodó a lo establecido. Pero con la llegada de un grupo de judaizantes, que decían haber recibido autoridad de Jacobo, uno de los “columnas” y pastor de la iglesia-madre de Jerusalén, y por temor a lo que podían decir de él, Pedro cambia radicalmente su actitud para con los gentiles de la iglesia, dejándose influenciar por estas personas. Además, siendo Pedro uno de los apóstoles y persona con gran influencia en la iglesia, los demás judíos cristianos de Antioquia, entre los cuales se encontraba Bernabé, “se dejaron arrastrar por esa conducta hipócrita” de Pedro. Eso le dio a su conducta un grado más de censura, puesto que implicó a otros más. “Hipócrita” es una palabra muy interesante, viene del mundo del teatro griego y significa la capacidad de los actores de esconder su verdadera personalidad y asumir un determinado papel. 3. La teología paulina (2.14-20): La reacción de Pablo fue mucho más allá del enfrentamiento con Pedro. Su enseñanza ocupó el lugar de destaque con el objetivo de instruir a todos los presentes cuanto al principio básico de la palabra de Dios que lo estaban torciendo. Su teología cuanto a ese tema asume los siguientes elementos: a) las tradiciones religiosas no tienen superior valor que las Escrituras (14): la pregunta que le hizo a Pedro tiene como objetivo mostrar que el valor de las tradiciones religiosas no superan los principios de las Escrituras Sagradas y que, por tanto, aunque las tradiciones tengan su lugar cuando no contradigan la palabra de Dios, nuestra vida se guía fielmente por los principios de las Escrituras y no por el cumplimiento de las tradiciones. b) el lugar de la ley en la gracia de Dios (15-16): la ley tiene su valor y su función en la obra redentora de Dios. No es la ley lo que nos salva ni lo que nos justifica ante Dios. Pero por la ley (judíos de nacimiento) comprendemos el carácter pecaminoso de nuestra naturaleza humana y deseamos y buscamos la salvación. No la encontramos por la ley (ni judíos ni gentiles, nadie), pero por ella sabemos que por nosotros mismos somos incapaces de salvarnos, puesto que nos resulta simplemente imposible cumplir las demandas de la ley de Dios c) todos los seres humanos solo llegan a Dios justificados por Cristo (15-16): Pablo define claramente la forma como la persona alcanza una posición aceptable ante Dios, ya que por el cumplimiento de la ley jamás llegamos a Dios. El único camino para la salvación, por tanto, es la justificación promovida por Cristo a la que accedemos únicamente por la f en Cristo. Todos, judíos y gentiles, somos justificados por la fe en Cristo y no por la obra de cumplir uno la ley de Dios. d) la evidencia del pecado humano (17-18): aquí ahora Pablo se vuelta al tema de la circuncisión como necesaria para la entrada de los gentiles a la gracia y a la justificación de Cristo. Lo que se evidencia cuando comprendemos nuestro estado de pecado y de distancia de Dios es que somos transgresores y pecadores. Volver a las tradiciones religiosas de la ley de Dios, o “volver a edificar lo que antes había destruido”, usando las palabras de Pablo, es edificar sobre lo que Cristo ya lo considera plenamente cumplido y satisfecho, algo que se desvanece, desaparece y le da lugar a la gracia justificadora de Jesús. Volver a estas cosas, considerándolas parte del proceso de justificación es pecado. e) la obra de Cristo en nuestra vida (19-20): la enseñanza de Pablo en estos versos viene de forma muy personal, pero no exclusiva del apóstol. Él se presenta como voluntario para que todos nos podamos ver, en nuestra experiencia como cristianos, reflejados en su experiencia. Si Pablo se considera muerto para la ley y vivo para Dios, también nosotros; si Pablo crucificado con Cristo y Cristo vivo en él, también nosotros; si Pablo considera que vive por la fe en Cristo, que ha dado su vida por él, también nosotros. Por tanto, la obra de Cristo en nuestra vida es completa y no depende de que cumplamos algún precepto de la antigua ley (¡ni de las nuevas!) f) la eficacia de la obra de Cristo (21): como dice el apóstol, ya que la justicia de Dios no se obtiene mediante las obras de la ley, sino que por la gracia de Dios en Cristo, su propiciación por la muerte fue absolutamente eficaz, definitiva e insustituible. Por eso, ni Pablo desecha la gracia de Dios exigiendo que los gentiles se circunciden, ni tampoco nosotros podemos desecha esa gracia intentando cumplir preceptos como si tuvieran valor eterno y salvador. Conclusiones: a) La iglesia entonces era tan compleja como la de hoy: problemas como los planteados por los judaizantes o incluso la debilidad de Pedro al dejarse llevar por sus atrayentes doctrinas para un judío como él, son problemas parecidos a los que la iglesia viene enfrentando a lo largo de los siglos. No podemos pensar que ellos eran más santos, mejores, menos pecadores y con más capacidad de oír la voz de Dios por medio de las Escrituras. Somos igualitos y enfrentamos problemas similares b) El necesario estudio de las Escrituras (teología): la reacción de Pablo y su firme enseñanza nos muestra la importancia de un estudio serio, profundo, comprometido y constante de la Biblia como personas, familias e iglesia. Sin la palabra nos corrompemos, sin una teología segura somos como una paja que el viento levanta y la lleva c) La teología y la disciplina: esa teología es también necesaria como una forma de disciplina para todos nosotros individualmente y para la iglesia como comunidad. Para Pedro la disciplina vino por boca de Pablo, entre nosotros nos podemos amonestar mutuamente con respecto y amor, pero sobretodo recae sobre los lideres esa responsabilidad.

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